When you hear the name San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla en el siglo IV y uno de los mayores predicadores de la Iglesia primitiva. Also known as Juan de Antioquía, it es reconocido por su elocuencia, su coraje al denunciar la corrupción y su profundo compromiso con los más humildes. Su nombre significa "boca de oro" —y no es un sobrenombre cualquiera—, porque sus sermones movilizaban multitudes y cambiaban corazones. No era un teórico encerrado en una torre de marfil; era un pastor que caminaba entre la gente, que veía el hambre, la injusticia y la hipocresía, y que no se callaba.
San Juan Crisóstomo no solo hablaba de Dios, sino que lo vivía. Denunció a los ricos que se enriquecían con el sufrimiento de los pobres, criticó a los obispos que vivían como príncipes y desafió a los emperadores cuando sus decisiones dañaban a los débiles. Eso lo llevó al exilio, y finalmente a la muerte lejos de su hogar. Pero su voz no se apagó. Sus homilías, sermones escritos con claridad y pasión que aún se leen hoy en la liturgia católica y ortodoxa son un manual de ética cristiana sin adornos. No hablaba de dogmas abstractos; hablaba de cómo compartir el pan, cómo tratar al sirviente, cómo orar sin fingir. Su legado no está en las iglesias grandiosas, sino en las pequeñas acciones que cambian vidas.
Lo que lo hace relevante hoy es que no fue un santo lejano. Fue un hombre real, con miedos, enemigos y errores. Se enfadaba, se equivocaba, pero nunca dejó de luchar por lo justo. Sus palabras sobre la riqueza y la pobreza suenan como si las hubiera dicho ayer. En una época donde muchos prefieren callar para no molestar, él gritó. Y eso es lo que lo hace tan poderoso: no fue un modelo perfecto, sino un ejemplo de valentía.
En esta colección de artículos, no encontrarás sermones antiguos ni biografías académicas. Encontrarás historias reales, hechos concretos y conexiones que te sorprenderán: cómo su nombre aparece en eventos modernos, cómo su espíritu se refleja en líderes que defienden a los marginados, y por qué, incluso hoy, su figura sigue siendo un faro para quienes creen que la fe debe tener pies en la tierra.
Explora la vida y devoción de San Amado de Sens, obispo de Sion en el siglo VII, así como otros santos celebrados el 13 de septiembre. La historia de San Amado destaca su humildad y fe durante su exilio por el rey Thierry III de Austrasia. Entre los otros santos mencionados están San Marcelino de Cartago y San Juan Crisóstomo.
