When talking about Djokovic, el tenista serbio que acumuló más semanas número uno en la historia y ganó 23 títulos de Grand Slam. Also known as Nole, it is not just a player — he’s the blueprint for modern tennis: mental toughness, defensive genius, and unmatched consistency on every surface. Nadie lo hacía así antes. No solo ganaba partidos, sino que los convertía en maratones donde el rival se rendía antes de que terminara el último punto. Su juego no dependía de la potencia, sino de la precisión, la paciencia y una mente que nunca se daba por vencida.
El tenis actual gira en torno a su modelo. Jóvenes como Flavio Cobolli, el italiano de 23 años que declaró abiertamente querer ser el sucesor de Djokovic, lo saben. No es solo un deseo, es una estrategia. Cobolli imita su postura, su movimiento lateral, incluso su gesto de respeto tras ganar. En Wimbledon 2025, lo vimos: no gritaba, no celebraba con exceso. Solo miraba al rival, asentía, y seguía adelante. Esa es la herencia. No se trata de copiar su saque o su revés, sino de adoptar su filosofía: ganar con inteligencia, no con ruido.
Y no es solo Cobolli. En cada torneo, hay al menos un joven que pregunta: "¿Cómo lo hace para mantenerse en la cima?". La respuesta no está en los entrenadores ni en los suplementos. Está en la rutina: 10 horas de práctica, 2 de fisioterapia, 1 de meditación. Djokovic redefinió lo que significa ser profesional. No es un atleta, es un sistema. Su cuerpo es una máquina, pero su mente es lo que lo hace único. Por eso, cuando alguien como él se retira, no se pierde un campeón. Se pierde un estándar.
Lo que verás aquí no son solo partidos o trofeos. Son historias de cómo su sombra se extiende por la pista. De cómo un gesto en Wimbledon puede inspirar a un chico de 18 años en Italia. De cómo una derrota suya en 2023 hizo que otros repensaran sus tácticas. De cómo su presencia en el circuito cambió el ritmo del tenis mundial. No hay otro jugador que haya influido tanto en tantos niveles: técnico, mental, incluso cultural. Y mientras haya alguien que quiera ser como él, su legado seguirá vivo — no en estatuas, sino en cada volea bien colocada, en cada punto ganado con calma, en cada joven que elige la disciplina sobre el show.
Novak Djokovic ha alcanzado su décima final de Wimbledon tras vencer a Lorenzo Musetti en las semifinales. Con 37 años y una reciente cirugía de rodilla, buscará igualar el récord de Roger Federer de ocho títulos en Wimbledon. La final será una revancha contra Carlos Alcaraz, quien ganó su último encuentro en 2023.
