Un delito sexual, una violación a la libertad e integridad de una persona mediante actos de naturaleza sexual sin consentimiento. También conocido como agresión sexual, es uno de los crímenes más subreportados en Chile, no por falta de ocurrencia, sino por el miedo, la vergüenza o la desconfianza en el sistema. No es solo una agresión física: puede ser verbal, digital, psicológico, o incluso cuando se aprovecha de una persona vulnerable por edad, estado de salud o poder. Lo que lo define no es el acto en sí, sino la ausencia de un "sí" libre, informado y consciente.
Los víctimas, personas que sufren estos actos, muchas veces mujeres, niñas, niños y personas LGBTQI+. También conocido como supervivientes, no siempre reconocen lo que les pasó como un delito. Algunos piensan que "no fue tan grave", o que "lo merecieron" por cómo vestían, dónde estaban o qué bebían. Eso es falso. El único factor que importa es si hubo consentimiento. Y el consentimiento no se da por silencio, por miedo, por intoxicación o por una relación previa. El sistema judicial, el conjunto de instituciones encargadas de investigar, juzgar y sancionar estos crímenes en Chile. También conocido como justicia penal, ha cambiado poco en la práctica. Aunque las leyes se han modernizado —como la ley 21.151 que amplió la definición de violación—, los procesos siguen siendo lentos, traumáticos y, muchas veces, revictimizantes. Las pruebas médicas, las entrevistas repetidas, los juicios públicos… todo eso puede hacer que una persona desista de denunciar. Y cuando sí se denuncia, el resultado no siempre es justicia. Como vimos en el caso de Mauricio Ortega, donde se otorgó libertad condicional pese a la oposición de Gendarmería y el rechazo social, el sistema a veces prioriza formalidades sobre la verdad.
Lo que sí ha cambiado es la conversación pública. Los casos que salen a la luz —ya sea por redes, medios o movimientos sociales— están forzando a la sociedad a mirar con más claridad. No se trata de buscar culpables en cada esquina, sino de entender que el delito sexual no es un accidente, ni una excesiva pasión, ni un error. Es una elección consciente de violencia. Y cuando se reporta, se investiga y se castiga, se envía un mensaje: no se tolera. Lo que encontrarás aquí son noticias reales, casos concretos, testimonios y análisis que te ayudan a entender cómo funciona esto en Chile, qué ha cambiado y qué sigue roto. No hay teorías vacías. Solo hechos, voces y preguntas que ya no puedes ignorar.
Taeil, integrante del conocido grupo de K-pop NCT, ha abandonado la formación debido a graves acusaciones de un delito sexual. La agencia de representación, SM Entertainment, ha confirmado su salida resaltando la seriedad de la situación, sin precisar detalles específicos del supuesto delito.
