El Gtech Community Stadium fue testigo de una de las sorpresas más llamativas de la jornada de la Premier League. El Brentford, dirigido por Keith Andrews, se llevó la victoria 3-1 ante el Manchester United, dejando a los visitantes sin respuesta después de los primeros minutos.
Un inicio fulminante de Thiago
Todo empezó en los primeros veinte minutos, cuando el delantero brasileño Igor Thiago, recién llegado al club, anotó dos veces. El primero fue un remate dentro del área tras una jugada bien trabajada por los laterales; la pared entre Wood y Konoplyanka dejó a Thiago cara a cara con el arco y él no perdió la oportunidad. El segundo gol llegó apenas ocho minutos después: una transición rápida, un pase filtrado y la puntería de Thiago, que se colocó frente al arquero de United y no falló.
Estos dos tantos tempranos pusieron al Brentford en una posición cómoda y obligaron al Manchester United a buscar respuestas de inmediato. La rapidez con la que Thiago se impuso demostró la calidad que el brasileño ha aportado al equipo y su capacidad para desequilibrar defensas de primer nivel.
El resto del partido y sus implicaciones
El Manchester United intentó reaccionar cuando el delantero esloveno Benjamin Šeško redujo la diferencia antes del descanso. El gol llegó tras una jugada a balón parado que encontró a Šeško desmarcado en el área, y su disparo venció al portero del Brentford, Caoimhín Kelleher. El tanto encendió la esperanza de los Red Devils y les dio impulso para el segundo tiempo.
Sin embargo, el momento de mayor tensión se produjo cuando Bruno Fernandes obtuvo un penalti tras una falta dentro del área. La presión era enorme: si United convertía, empataría y el partido se pondría mucho más incierto. Kelleher, con gran temple, detuvo el disparo de Fernandes, manteniendo la ventaja del Brentford y dejando a United sin respuesta.
Con el marcador 2-1, el Brentford no se dejó intimidar. El equipo siguió atacando, y en la segunda mitad el mediocampista danés Mathias Jensen se convirtió en el héroe de los minutos finales. En el tiempo de descuento, Jensen recibió un pase en la frontal del área y, con un disparo curvado, se coló bajo la barra, cerrando el partido 3-1. El gol, anotado en el minuto 96, fue la guinda de una actuación en la que el equipo demostró cohesión y constancia.
Esta victoria representa la segunda del Brentford en la temporada, consolidando la idea de que el club está listo para competir contra los grandes. Además, el resultado marca la tercera derrota del Manchester United ante el Brentford en los últimos cuatro años, un dato que subraya la dificultad que el equipo inglés sigue experimentando bajo la dirección de Rubén Amorim.
Para Keith Andrews, el triunfo refuerza su proyecto y le brinda margen para seguir implementando su estilo de juego. La defensa se mostró ordenada, el mediocampo controló el ritmo y el ataque supo ser letal cuando más lo necesitó. Por su parte, el Manchester United debe rehacer su estrategia defensiva; los goles encajados y la falta de resistencia ante situaciones de presión evidencian áreas que requieren ajustes urgentes.
El partido también fue un espectáculo para los aficionados, con momentos de ida y vuelta, oportunidades para ambos equipos y una tensión constante que mantuvo a la grada en vilo. La capacidad del Brentford para aguantar la presión tras el gol de Šeško y la salvación de Kelleher en el penalti reflejan una madurez táctica que pocos esperaban de un equipo que, hasta hace poco, se debatía en la lucha por la permanencia.
En resumen, la jornada dejó claro que el Brentford está dispuesto a consolidarse entre los equipos de la parte alta de la tabla, mientras que el Manchester United se enfrenta a la necesidad de reactivar su defensa y encontrar la constancia que le ha sido esquiva bajo el mando de Amorim. El futuro inmediato de ambos clubes dependerá de cómo respondan a los retos que este partido ha planteado.